Salimos un 6 de mayo, y para algunos de nosotros, era la primera vez que viajábamos en excursiones de estas dimensiones con el Centro, porque hasta ahora como mucho eran de un día y a una distancia de aproximadamente de 100 kilómetros.
Un total de 15 usuarios de Ávila, 9 de Navaluenga, tres acompañantes, dos monitores, un guía y un conductor…un buen equipo y mejor resultó cuando ha finalizado el evento y prácticamente podemos decir que sin contratiempos, aunque haberlos ailos o los hubo, como se dice en estas tierras gallegas.
No quiero insinuar que nos acompañó el mal tiempo, tan solo que… ¡¡¡llovió todos los días!!! Y como nuestro objetivo era que no hubiera desilusión ni tristeza en vacaciones, pues eso, que se suplió con un mayor deseo de pisar la arena mojada de la playa, con prescindir de fiestas ajenas y montarnos la nuestra en el hotel, con un paisaje gris precioso que realzaba la belleza de las rías. Casi todo tenía que ser positivo o al menos presenciarlo y sobrevivirlo con ese prisma.
Conocimos la playa de Riazor de La Coruña, la Playa de la Lanzada del Grove, la de Cambados, la de Sanxexo, nos recreamos en las Rías Baixas. También visitamos la majestuosa Catedral de Santiago de Compostela, recorrimos las calles de su ciudad, la plaza de Pita de La Coruña, la Torre de Hércules, a la que no llegamos a subir porque llegamos fuera de horario, Vigo y Pontevedra… Desde un mirador observamos y fotografíamos las Islas Cíes, La Toja con sus balnearios de lujo, la Iglesia recubierta de Conchas y la vieja fabrica de la Toja. También la Villa de García de Arosa, esta la recorrimos en trenecito (una especie de murallito) y como anécdota peculiar ha sido lugar cuna de narcotraficantes.
Navegamos por el Grove donde tuvimos una degustación de mejillones al vapor y de vino Albariño. Según los chicos, y sobre todo chicas, esto casi fue lo mejor sobre todo cuando Felipe (pescador marisquero) nos hacía una demostración del cultivo y crianza de las ostras, mejillones y vieiras, tardan en madurarse y poderse comer 1 año los mejillones, dos las ostras y tres las vieiras y eso lo hacen en las vateas (embarcación de madera o plataforma que sostiene cueras hacia el mar donde se desarrolla el marisco).
Tiendas en Sansexo, en Santiago, en la Toja, en Cambarros… Recuerdos que se agrupaban en un objeto, camiseta o alimento y que iba a tener su mejor reflejo en nuestra mente, en nuestras palabras cuando volviéramos a la rutina de la que habíamos escapado mágicamente. Y nunca mejor dicho porque Galicia tiene magia…
Me quedo corta, no se puede recopilar con unas cuantas letras tantos instantes pero seguro que otro me toma el relevo.
Cristina (Navaluenga)